Lo que hace que los hombres olviden la otra vida
Cada creencia o hábito no se forma instantáneamente sino con el tiempo y mediante algunos pasos preliminares. Los deseos y las fantasías excesivas se encuentran entre los pasos preliminares que llevan al individuo a olvidar el más allá.
La palabra árabe para deseo es "amani" cuyo significado original es evaluación. El hombre, en su pensamiento, evalúa algunos problemas y es por eso que los deseos excesivos y los comentarios infundados se denominan amani.
Dios, en el versículo 14 de la Surah Al-Hadid, describió los deseos excesivos como uno de los factores que engañan a los seres humanos: “Los llamarán, diciendo: '¿No estuvimos con vosotros?' 'Sí', responderán, 'pero os tentasteis a vosotros mismos, esperasteis (a que les sucedieran problemas a los creyentes), y dudasteis, y fuisteis engañados por vuestras propias fantasías hasta que llegó la orden de Alá, y el engañador (Satanás) os ha engañado. sobre Alá".
Lo que debe tenerse en cuenta es que tener deseos o incluso fantasías no es algo malo en sí mismo, pero debe haber una distinción entre los deseos ordinarios y los deseos excesivos y llenos de humo.
Lo que diferencia a los dos es recordar la muerte y los asuntos espirituales.
En los deseos ordinarios, la persona se esfuerza por lograr sus deseos a través de la adecuada planificación y ejecución de los planes, pero al mismo tiempo no se olvida de Dios y de la dimensión espiritual. Sabe que Dios ve todo lo que hace y por eso evita usar caminos ilegales o contrarios a los valores morales para lograr sus deseos.
Pero no es el caso de los deseos excesivos donde la persona piensa que vivirá una vida muy larga, casi eterna y concentra todos sus esfuerzos en lograr los deseos mundanos por cualquier medio posible.
El Comandante de los Fieles Imam Ali (la paz sea con él) aconseja a este tipo de personas que eviten ser engañados por los deseos, ya que incluso en el pasado había tantas personas que deseaban un día en el que pudieran encontrarse inmersos en la lujuria y bienes materiales, pero sin poder lograr este anhelo, y había tanta gente que construía edificios pero no tenía la oportunidad de vivir en esos edificios y mucha gente que amasaba mucha riqueza pero nunca lograba beneficiarse de ella.
El Profeta Muhammad (la paz sea con él) explica maravillosamente la relación entre los deseos excesivos y la muerte. Mientras el Profeta aconsejó a sus compañeros, dibujó líneas paralelas y luego una línea vertical, preguntándoles qué significaban. Los compañeros respondieron que no sabían.
El Profeta dijo entonces que las líneas paralelas son como los deseos del hombre (sin fin y aparentemente no serán interrumpidos por nada) mientras que la línea vertical representa la muerte que interrumpe repentinamente todos esos deseos.
