Un ejemplo de acciones que ocultan la verdad y ayudan a la falsedad a salir victoriosa es la contienda. Una conversación puede ser de dos tipos. En uno, las dos partes buscan encontrar la verdad y seguir el camino correcto para lograrlo.
Por otro lado, una o ambas partes no conocen el asunto en discusión y solo quieren ganar la discusión, por lo que dicen muchas mentiras. Este es un comportamiento que el Islam desaprueba y lo considera un pecado porque está contaminado con prejuicios y apunta solo a obtener la dominación, no a descubrir la verdad.
De acuerdo con este versículo, las personas que no son criadas en espiritualidad son más propensas a involucrarse en disputas y discusiones. Quienes se desvían de su pura Fitrat (naturaleza) se enzarzan en disputas, se oponen a la verdad y se bloquean el camino de la orientación, y esto es una gran calamidad que ha aquejado al ser humano a lo largo de la historia.
Leemos en el versículo 3 de Sura Al-Hayy:
Hay algunos hombres que discuten de Alá sin tener conocimiento, y siguen a todo demonio rebelde. (3)
Este versículo describe a aquellos que se involucran en disputas y discordias como seguidores de satanás. Esto prueba que discutir con malas intenciones es seguir el camino de Satanás. Describir a satanás como un "rebelde" indica que aquellos involucrados en disputas se rebelan contra la verdad.
Dios dice en el Versículo 121 de Surah Al-Ana’am:
Los idólatras decían que comían la carne de animales que ya habían muerto porque Dios los había matado, y esto era mejor para ellos que el animal muerto por los humanos.
Esta justificación impropia para comer carne de animales muertos es lo que Satanás, en forma de humanos y genios, ha sugerido a la gente para desafiar la verdad. Así que tales disputas tienen motivos satánicos.