La convocatoria del Islam en apoyo del pueblo oprimido musulmán de Myanmar
Dios en la aleya 75 de la sura Las mujeres (An nísa) dice:
¿Por qué no queréis combatir por Alá y por los oprimidos -hombres, mujeres y niños que dicen: «¡Señor! ¡Sácanos de esta ciudad, de impíos habitantes! ¡Danos un amigo designado por Ti! ¡Danos un auxiliar designado por tí!»?
Los musulmanes de Myanmar (Birmania) siguen siendo blanco de ataques de budistas fanáticos apoyados por el Ejército y el Estado birmano. Hasta el momento, miles de musulmanes en Myanmar han sido asesinados o resultado heridos y hay alrededor de 500.000 desplazados. Las personas que han tenido que abandonar sus casas en medio de duras circunstancias han llegado al país vecino de Bangladés y se encuentran en una mala situación. La ronda anterior de la masacre de los musulmanes de Myanmar tuvo lugar en 2012. Entonces, ante el silencio de la comunidad internacional, miles fueron asesinados, heridos o desplazados. Lo más evidente es el método cruel de los budistas al asesinar a estas personas inocentes. Los musulmanes de Myanmar son torturados y quemados y sus mujeres violadas. Lo que animó a los budistas en estos crímenes es el apoyo militar directo y el silencio del Gobierno de Myanmar, liderado por Aung San Suu Kyi. El Hazrat Ali en una hadis, en relación a esta situación, dice: "En el gobierno de un tirano opresor, la justicia y la verdad son totalmente pisoteadas y se vive lo que es falso e incorrecto y aparece la crueldad, la corrupción y opresión. Las escrituras divinas desaparecen, los profetas y los creyentes son asesinados; las mezquitas, destruidas, y la tradición de Dios y sus leyes y reglas son tergiversadas y cambiadas”.
Pero ¿qué opina el Islam sobre la crueldad contra los musulmanes en Myanmar, y qué piensa realmente el Islam sobre la opresión y el abuso? Conforme a su naturaleza divina, el hombre no acepta y condena la opresión a otros seres humanos, e incluso animales. Del mismo modo, el Islam, se opone firmemente a la opresión y la hostilidad hacia todas las personas, musulmanes y no musulmanes. La opresión a otros es, de hecho, ofender los derechos e insultar la dignidad humana. Por esta razón, el Corán condena la tiranía en varias aleyas y, como resultado, denuncia a los opresores. El Imam Ali(P) dice: "Violar los derechos de un discapacitado es el peor tipo de opresión”. Violar y oprimir a los inocentes e indefensos, como los musulmanes de Myanmar, es rechazado de manera más severa en el Islam, porque ellos no tienen capacidad para defenderse. El Profeta (la paz y las bendiciones de Alá sean con él), dice: "La ira de Dios es dura para los que hacen mal a uno quien no tiene otro ayudante que Alá”.
En la visión de Islam, los opresores, que usan su poder y la opresión para controlar a otros, serán castigados tarde o temprano. Dios en la aleya 38 de la sura La peregrinación (Hach) prometió abogar en favor de los que han creído y en la última aleya de la sura amenaza a los opresores: "¡Los impíos verán pronto la suerte que les espera!”. El Imam Ali (P) también subrayó: "Ay de aquellos que oprimen ya que quien oprime sus días se volverán infelices”.
No importa que estos opresores sean budistas de Myanmar, sionistas, los gobiernos dominantes europeos o norteamericano. Por supuesto, es posible que la caída y la ruina como consecuencia del mal se retrasen por un tiempo por la voluntad del Señor, pero el opresor recibirá su recompensa en el mundo del más allá y esta venganza y castigo serán definitivos. Alá en la aleya 178 de la sura La familia de Imran (Alí Emran) dice: "Que no piensen los infieles que el que les concedamos una prórroga supone un bien para ellos. El concedérsela es para que aumente su pecado. Tendrán un castigo humillante”.
Mientras Dios condena la opresión también rechaza que otros acepten ser oprimidos y se rendan ante ella. En la aleya 39 de la sura La consulta (Ach chúra) en conmemoración a los fieles, dice: "Se defienden cuando son víctimas de opresión” .Por lo tanto, aunque los pueblos oprimidos están bajo el yugo de la opresión, tienen el deber de defenderse lo más posible y no permitir a los opresores crueles a hacer lo que quieran. Los ejemplos más exitosos de esta resistencia son la Revolución Islámica de Irán, el Hezbolá libanés y la Intifada palestina. Los musulmanes de Myanmar, aunque son una minoría débil, deben defender sus derechos hasta cierto punto y revelar este genocidio. En este caso, Dios les ha dado una promesa de ayuda. En las aleyas 39 y 40 de sura La Peregrinación leemos: "Les está permitido a quienes son atacados, porque han sido tratados injustamente. -Alá es, ciertamente, poderoso para auxiliarles-.A quienes han sido expulsados injustamente de sus hogares, sólo por haber dicho: «¡Nuestro Señor es Alá!”.
La cuestión más importante en relación con el genocidio de los musulmanes en Myanmar es el deber de los musulmanes y los gobiernos islámicos. El Islam no sólo defiende a los musulmanes oprimidos, sino también ve el apoyo a todos los oprimidos como un deber de los seguidores del Islam. Gritar consignas y expresar simpatía verbal no resuelve el problema de los oprimidos, y los musulmanes y los gobiernos islámicos deben defenderlos tanto como sea posible. En la aleya 72 de la sura Botín de la guerra (Al-Anfal) dice: "Si os piden que les auxiliéis en nombre de la religión, debéis auxiliarles”. Pero tal vez la aleya 75 de la sura Las Mujeres es la más importante del Corán que se centra en el auxilio a los oprimidos. En esta aleya Alá desmerece a quienes son negligentes en ayudar a los oprimidos ¿Por qué no queréis combatir por Alá y por los oprimidos -hombres, mujeres y niños que dicen: «¡Señor! ¡Sácanos de esta ciudad, de impíos habitantes! ¡Danos un amigo designado por Ti! ¡Danos un auxiliar designado por tí!»?
Según algunos comentaristas esta aleya dice que la defensa al opresor es un deber de los musulmanes.
En las hadices también se enfatiza mucho la defensa al oprimido y la lucha contra el opresor. El Enviado de Dios, describe al auxiliador de un oprimido como su amigo en el paraíso y estas palabras revelan la importancia de este caso. Jesús (P), en una alegoría informativa, dice que si una habitación se enciende en una casa y no se apaga, el fuego se extiende a otras habitaciones. La opresión también es así y si el opresor no es impedido desde el principio, su opresión se extenderá. El Imam Ali(P) en los últimos momentos de su vida dijo a sus hijos: "Sean enemigo del opresor y auxiliador del oprimido”.
Si la persona oprimida es musulmana, se duplicará entonces la responsabilidad de los otros musulmanes en su defensa. El Corán en la sura Los Profetas, la aleya 92 describe: «Ésta es vuestra comunidad, es una sola comunidad. Y Yo soy vuestro Señor. ¡Servidme, pues!». Así todos los musulmanes son de un mismo cuerpo y una Umma y por tanto deben apoyarse entre sí. Dios en la aleya 10 de la sura Las habitaciones privadas (Al hoyorat) reconoce: "Los creyentes son, en verdad, hermanos”. Entonces, tienen deberes entre sí y, sin duda alguna, uno de los más importantes es la vida, la propiedad y el honor de cada uno. El Enviado de Dios en una hadiz narra: "Quien duerme y levanta, descuidado del destino de los otros musulmanes y no atiende la solución de sus problemas, no es musulmán”. Y en otra hadiz dice: "Quien escucha el grito de auxilio de quien le implora y no le ayude, no es musulmán”. Por lo tanto, el deber de los musulmanes en el desastre del asesinato de musulmanes en Myanmar es muy claro. Según su deber religioso y humano tienen que hacer todo lo posible para proteger a sus hermanos en la religión en cualquier parte del mundo, incluido Myanmar.
El Líder de la Revolución Islámica de Irán enfatizó que la crisis en Mynamar no se trata de un mero conflicto interreligioso entre budistas y musulmanes sino es una cuestión política. Al criticar el mutismo y la falta de acción de los llamados defensores de los derechos humanos ante la matanza y el desplazamiento de miles de los musulmanes en Mynamar, a manos de un gobierno liderado por una Nobel de la Paz, el ayatolá Seyed Ali Jamenei pide al mundo musulmán tomar medidas prácticas, es decir, aumentar las presiones políticas y económicas al Gobierno de Mynamar (Birmania). Lamentablemente, los gobiernos islámicos no han tomado hasta ahora una medida eficaz en este sentido. Si bien la solidaridad del mundo musulmán en ayudar a la minoría oprimida birmana definitivamente, impedirá su asesinato.
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